La edición de Les Pigeons
Su dominio del dibujo llevó al ornitólogo holandés Coenraad Jacob Themminck (1778-1858) a pedirle que realizara la serie de dibujos de palomas que debían ilustrar su estudio sobre las palomas, la Histoire naturelle générale des Pigeons par C.J. Temminck, directeur de l’Académie de Leiden, avec des figures en couleurs, peintes par Mademoiselle Pauline de Courcelles, gravées, imprimées et retouchées sous sa direction, que se iba a publicar por entregas entre 1808 y 1811.
Este sistema de publicación por entregas permitía modificaciones sobre el diseño inicial de la obra, lo que incluía la portada y los índices, que podían imprimirse al final. En la entrega novena, probablemente alentada por su éxito y su posición en la corte y con clara conciencia del valor de su trabajo, Pauline de Courcelles decidió modificar el título de la portada poniendo su nombre en primer lugar, por delante del autor del texto y editar ella misma la obra: Les Pigeons par Madame Knip, nee Pauline de Courcelles, premier peintre d'historie naturelle de S.M. L'impératrice Reine Marie-Louise; le texte para C.J. Themminck, directeur de l'Académie des Sciences et des Arts de Harlem, etc. A Paris: chez Mme Knip, auteur et éditeur, rue de Sorbonne, Musée des artistes : chez Garnery libraire rue de Seine, Hôtel Mirabeau, nº 6 : de l'imprimerie de Mame, 1811.
El volumen con las quince entregas, un in-folio que incluye 87 dibujos a tamaño natural, grabados a color en papel avitelado por Jean César Macret sobre los dibujos realizados por Pauline de Courcelles, obtuvo tal éxito que al autor del texto le fue imposible reivindicar su autoría.
La calidad de los dibujos animó al rey Luis XVIII a adquirirlos para la biblioteca del Louvre (de donde al parecer desaparecieron durante el incendio de 1871) y a que las principales bibliotecas de la época quisieran hacerse con una copia de la obra.
Eso probablemente explica que el ejemplar que se conserva en la Real Biblioteca fuera adquirido por los Príncipes de España durante su exilio en Valençay al mismo tiempo que se hacían con el ejemplar de la Histoire naturelle des Tangaras, des Manakins et des Todiers, como parecen avalar la encuadernación en tafilete rojo, decorada con idénticos motivos, y las marcas de propiedad de los príncipes en el vuelto de la encuadernación y la portada. Como el volumen anterior, a la muerte del rey Fernando VII en 1832 el volumen se incorporó a la biblioteca de su hija, la reina Isabel II (RB VIII-M-36).