Luis I de España, un reinado relámpago

Grabado de Luis I, rey de España, 1817 (Sig: GRAB/475)
Grabado de Luis I, rey de España, 1817 (Sig: GRAB/475)

Este mes de febrero de 2024 contamos con una efeméride regia singular. Se cumplen los 300 años de la proclamación y ascensión al trono de Luis I como rey de España, más concretamente el 9 de febrero de 1724, a los 16 años de edad. Conocido como Luis I, el  Bien Amado, el Breve o el Rey silueta, su reinado fue el más efímero de la historia de España, puesto que sólo pudo ocupar el trono durante 229 días.
 

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Primeros pasos del futuro monarca

 

El estado de buena esperanza de la reina ya había sido anunciado a principios de 1707, siendo una gran noticia para el pueblo, que aclamó a María Luisa en todo su trayecto al visitar a la Virgen de Atocha el día 12 de febrero, continuando así con la tradición de las reinas de España.

Esta noticia también provocó cierto revuelo en  los círculos cortesanos, por saber qué personalidades estarían más cerca del futuro monarca, siendo la Princesa de los Ursinos, el Cardenal Portocarrero o el Duque de Medina-Sidonia algunos de los más reseñables.

En la obra Real festiua aclamacion executada en el Real y Magnifico Monasterio de las Huelgas, cercad e Burgos, del Orden del Melifluo Padre San Bernardo al anuncio alegre del preñado feliz de la Reyna...Maria Luisa Gabriela de Saboya, digna esposa de ...Filipo Quinto...(Signatura: III/6546(5)), presente en la Real Biblioteca podemos atisbar el ambiente festivo que esta noticia supuso para el reino:

 

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Nacido el 25 de agosto de 1707 en el desaparecido Palacio del Buen Retiro de Madrid, Luis I, hijo primogénito de Felipe V y María Luisa Gabriela de Saboya, se convirtió así en el primer soberano español de la dinastía de los Borbón nacido en la Villa madrileña. Se redactó todo un reglamento para la visita de S.M. la reina a la Virgen de Atocha, cuya efeméride también celebramos este año, para lo que también se puede consultar otra de nuestras entradas (Celebrando a la Virgen de Atocha en su Quinto Centenario). José Vega en su reconocida obra también nos aporta unas pinceladas de aquel momento histórico:

 

El natalicio, pues, augura prósperos horizontes: fecha de triunfo y onomástica de San Luis. Nuestro Príncipe llega nombrado. Grande es el júbilo de los españoles y de la Real Familia. Aquéllos no presencian tan fausto suceso hace cuarenta y seis años.  […] Felipe V muestra al pueblo, desde un balcón de Palacio, el augusto vástago. (Vega, José. Luis I de España (El rey silueta), 1943, p. 58)

 

Al felicissimo nacimiento de nuestro Principe... Don Luis Primero, hijo de... Don Phelipe Quinto y Doña Maria Luisa Gabriela Emanuel [sic] de Saboya... / por Don Manuel Gonzalez del Valle y Miranda..., 1707 (III/6494 (58))
Al felicissimo nacimiento de nuestro Principe... Don Luis Primero, hijo de... Don Phelipe Quinto y Doña Maria Luisa Gabriela Emanuel [sic] de Saboya... / por Don Manuel Gonzalez del Valle y Miranda..., 1707 (III/6494 (58))

 

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Este acontecimiento también fue nutridamente exaltado con cariñosas manifestaciones, especialmente desde la literatura, llegando incluso a desarrollar curiosos pronósticos astrológicos, todo ello disponible para su consulta en la Real Biblioteca:

 

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Felipe V lo presentó inmediatamente a la Corte y a los madrileños que se acercaron al balcón de palacio. Poco después, la propia reina volvería, ahora ya con el príncipe, a visitar a la Virgen de Atocha como agradecimiento. Ante la celebración del sacramento del baustimo, Alfonso Danvila nos narra lo siguiente: 

 

Sirvió de padrino al nuevo Príncipe, en nombre de Luis XIV, el que andando el tiempo, había de ser su suegro, ó sea el Duque de Orleans, que por entonces dirigía las fuerzas de España […] y fue llevado á la iglesia (8 Diciembre 1707) por la Princesa de los Ursinos, aya de S. A., en una silla de manos cubierta de espejos y de brocados de oro. (Danvila y Burguero, Alfonso. Luisa Isabel de Orleans y Luis I, 1902, pg. 65)

 

Esta gran celebración se desarrolló en medio de un impresionante despliegue palatino y cortesano de complejo ceremonial, cuyo oficiante religioso fue el cardenal Portocarrero en la Capilla Real. Buen ejemplo de ello nos da la muestra manuscrita del Horóscopo Mystico y Pronóstico sagrado en favor del Sereníssimo señor Sr. Don Luis Fernando Principe de Asturias y de Viana, s. XVIII (II/1431-f.40r-43r) que mostramos a continuación: 

 

Horóscopo Mystico y Pronóstico sagrado en favor del Sereníssimo señor Sr. Don Luis Fernando Principe de Asturias y de Viana., s. XVIII (II/1431-f.40r-43r)
Horóscopo Mystico y Pronóstico sagrado en favor del Sereníssimo señor Sr. Don Luis Fernando Principe de Asturias y de Viana., s. XVIII (II/1431-f.40r-43r)

 

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Luis tuvo otros tres hermanos: Felipe, que murió prematuramente a los pocos días de nacer; Felipe, nacido en 1712 y, poco más tarde, Fernando, el futuro rey Fernando VI. Tras este cuarto alumbramiento, la reina no pudo recuperar la salud y murió el 14 de febrero de 1714. Ante esta funesta noticia Felipe V se sumió en un estado grave de melancolía, que le acompañó por el resto de sus días, hasta tal punto que ya desde 1717 se barajó una posible abdicación en su hijo.

 

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Nuevo Príncipe de Asturias

 

Con tan sólo 2 años de edad, el 7 de abril de 1709, Luis es jurado y proclamado como heredero al trono en el madrileño templo de San Jerónimo, siendo ésta también una jornada festiva para nobles y multitudes.

Dándose esta gran noticia, se concedieron un indulto general (en [Papeles varios de Estado], s. XVII-XVIII, sig: II/1431) como vemos a continuación:

 

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Siendo apenas un infante, el 1 de julio de 1709, enfermó por primera vez de varicela, también conocida como viruelas locas, lo que dejará mermada su salud. Durante un tiempo pareció robustecerse, pero esta dolencia volvería para acabar con su vida años más.

Luis era aficionado a la vida de ejercicio al aire libre y sabía ganarse voluntades y afectos, cualidades que favorecieron el trato con niños de rango social inferior, esto es, hijos de los criados de palacio, con los que compartía diversiones y de quienes aprendió el habla madrileña popular.

Sin duda, uno de los momentos reseñables en la infancia de Luis fue el segundo matrimonio de su padre, Felipe V, con Isabel de Farnesio. Las capitulaciones de dicho enlace regio fueron precisamente firmadas en el séptimo cumpleaños del joven príncipe. Mucho se ha escrito sobre la relación entre Luis y su madrastra, pero parece que, aunque en un principio dicha relación se caracterizó más bien por su distancia y pulcra cordialidad, pasó a ser, años más tarde, sumamente cercana debido a la difícil situación que provocaba la presencia de María Luisa de Orleans, aquella que sería esposa de Luis y que había sido sugerida precisamente por Isabel de Farnesio.

Luis acompañaba a su padre en los desplazamientos de la Corte a los Sitios Reales, participando en las cacerías —cuestión muy criticada entre la gente—, pese a no tener más de nueve años y a que el médico del Rey, Burlet, vaticinaba que el heredero estaba amenazado del mismo mal que acabó con su madre.

Su educación, influenciada primero por María Luisa de Saboya y después por Isabel de Farnesio, se basó en los pilares de la fe, la familia, la monarquía, la etiqueta cortesana, el estudio de idiomas y conocimientos en la disciplina militar, las matemáticas y la literatura.

 

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Un matrimonio regio

 

Debido a la responsabilidad como futuro monarca, se hacía obligado la búsqueda de una esposa que fuera adecuada para ser entregada en matrimonio al futuro soberano. Felipe V solicitaba para su primogénito la mano de la hija del duque de Orleans y ofrecía la de su hija, la infanta María Ana Victoria, para desposarse con Luis XV, propuestas aceptadas e inmediatamente puestas en marcha, (octubre de 1721), lo que provocó que la Corte iniciara una fase trepidante de preparativos, intrigas y maquinaciones.

El compromiso matrimonial de Luis Fernando (15 años) con Luisa Isabel de Orleans (12 años), conocida como mademoiselle de Montpensier, se hizo público en la ciudad de París en septiembre de 1721. El día 9 de enero [1722] se llevó a cabo el intercambio de princesas en la isla de los Faisanes, en el río Bidasoa, donde se había construido un pabellón, en cuyo salón central tendría lugar la ceremonia, en medio de unos complejos preparativos y ceremoniales.

La información que llegó sobre Luisa Isabel, futura princesa, la hacían resaltar por su carácter dulce y respetuoso, además de belleza. Esto hizo que fuera la candidata perfecta, gracias también a la posición de los Duques de Orleans en la Corona de Francia.

El Palacio de Lerma fue escogido como escenario del enlace real que tuvo lugar el 20 de enero de 1722. Sin embargo, dicho palacio pertenecía al Duque del Infantado, proaustríaco, por lo que la estancia de los reyes y el príncipe no resultó demasiado acogedora. Dos días después del enlace, los reyes y los nuevos esposos retornaron a Madrid, donde les esperaban las fiestas previstas en la villa madrileña desde el 15 de febrero, convirtiéndose en un verdadero despliegue de ceremoniales religiosos y profanos.

Ya de vuelta en la capital, se empezaron a descubrir problemas de salud de la princesa, a lo que acompañó el despliege de su carácter y comportamiento. Toda esta información se extendió por todos los círculos cortesanos y plebeyos, siendo motivo de gran disgusto no sólo para Luis, sino también para los regentes que intentaron corregir a la princesa en numerosas ocasiones hasta tomar decisiones más tajantes.

 

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Abdicación de Felipe V y ascensión al trono de Luis I

 

Después de haber hecho partícipes a su confesor, al propio Luis y a Isabel de Farnesio de su decisión de abdicar, Felipe V lo comunicó y lo firma al Consejo de Castilla el 10 de enero de 1724. Así nos lo confirma la breve e instructiva obra de Joaquín Olmedilla:

 

Sabido es que Luis I subió al trono español por la renuncia que hizo su padre, Felipe V, de la corona, en el Real Sitio de San Ildefonso el [10 de enero de 1724] y la escritura original de aceptación por parte de Luis está fechada en San Lorenzo el Real á 15 de enero de 1724. Fue proclamado el 9 de febrero de este mismo año, que hizo su entrada pública en Madrid. (Olmedilla y Puig, Joaquín. Noticias históricas acerca de la última enfermedad del Rey de España Luis I, 1909, p. 8).

 

Luis I y su esposa se trasladan a Madrid desde el Escorial aclamados por el pueblo el 7 de febrero de 1724. Al día siguiente se les puede encontrar en la Basílica de Atocha, para ser definitivamente proclamado rey el 9 de febrero de 1724. Así, Luis Fernando pasa a ser Luis I de España.

Se llevaron a cabo numerosas celebración por la ascensión al trono del nuevo monarca, tanto en ciudades españolas como en territorios de ultramar. En este ejemplo podemos encontrar aquellos agasajos acometidos en la ciudad de Palma:

 

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Su juventud (apenas contaba con 16 años de edad) hizo aconsejable la creación de un gabinete de asesoramiento creado por el propio Felipe V, entre los que se encontraban figuras leales como el marqués Luis de Mirabal, D. Diego de Astorga, arzobispo de Toledo, los marqueses de Valero o Miguel Francisco Guerra, que había ocupado previamente la presidencia del Consejo de Castilla y era familiar del confesor de la Reina madre, entre otros.

Con motivo de su ascensión al trono, se acuñaron nuevas monedas, cuyos diseños están recogido en sendos ejemplares de la Real Biblioteca: 

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La estancia en el trono de Luis I se caracterizó por su tristeza, primero por la muerte de su madre y luego por la conducta de su esposa, llegando a encerrarla en estancia del Alcázar, entre el 4 y el 10 de julio.

Tras su ascenso al trono parece que hubo un intento de dirigir la política española con independencia de la francesa, pero tal fue la brevedad del reinado de Luis y la influencia de Felipe V a través del gabinete del nuevo soberano que no hubo tiempo para ejecutar cambios políticos significativos en España.

Aunque su reinado fue breve, Luis tuvo ocasión de aprobar y confirmar ordenanzas para el mejor gobierno de México, con fecha del 6 de mayo de 1724, cuatro meses antes de su fallecimiento (I-F-320). Además, el joven monarca contó con el tiempo suficiente para la creación de un nuevo título nobiliario, según era costumbre entre los soberanos. Este título aparece recogido en Creacion, antiguedad, y privilegios, de los titulos de Castilla /que escrive...Joseph Berni y Català..., 1769 (IV/979)

 

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  • Enfermedad y muerte de un rey

Luis ya había enfermado de viruela siendo un niño y parece que su estado de salud se vio resentido desde entonces. El 19 de agosto de 1724, vuelve a enfermar sin posibilidades de recuperación. Su esposa, con la que no había mantenido una buena relación, se contagió a su vez por los cuidados que le dio, aunque no sufrió el mismo destino que Luis, quien murió el 31 de agosto de 1724, con apenas 17 años recién cumplidos, habiendo sólo estado en el trono durante siete meses y medio.

Su cuerpo fue expuesto en el Salón de Reinos del antiguo Palacio del Buen Retiro para poder recibir el homenaje debido. De esta forma, la corona vuelve a las manos de su padre, Felipe V, quien curiosamente ostenta el reinado de más duración de la historia de España.

 

Retrato de Luis I en Historia de la villa y corte de Madrid / Por D. José Amador de los Ríos y D. Juan de Dios de la Rada y Delgado... Por: Amador de los Ríos, José (1818-1878), 1861 (INF/3826)
Retrato de Luis I en Historia de la villa y corte de Madrid / Por D. José Amador de los Ríos y D. Juan de Dios de la Rada y Delgado... Por: Amador de los Ríos, José (1818-1878), 1861 (INF/3826)

 

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Tras su muerte se celebraron las exequias acostumbradas, aún con mayor dolor por la juventud del soberano y por la tristeza que había caracterizado su semblante, siendo la Universidad de Salamanca una de las instituciones más prolíficas en sus panegíricos por el difunto rey: 

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En la Real Biblioteca también contamos con ejemplos de las exequias que se celebraron con motivo de este fallecimiento regio, sobresaliendo el territorio de México e Italia como podemos observar a continuación: 

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No podemos olvidarnos de recomendar la consulta de Días de gloria y muerte [música anotada] / Misas de José de Torres en honor del Rey Luis I ; estudio, edición y transcripción de Begoña Lolo, año 2000 (sig: MUS/1532), estudio moderno de la misa de difuntos que se celebró en la Capilla Real del Palacio Real de Madrid, para todos aquellos musicólogos y melómanos.