Topographia de la Villa de Madrid / descripta por don Pedro Texeira... en la cual se demuestran todas sus calles, el largo y ancho de cada una dellas...; Salomon Saurÿ fecit.

Antuerpiae: Cura et Solesitudine Ioannes et Iacobus van Veerle, 1656

1 plano: calc. 1780x2780 mm de huella (20 cuarterones unidos, cada uno de 445x556 mm). Escala [ca. 1:1.600] 500 varas castellanas [=25 cm].

Signatura: ROLL/109 | Procedencia: ingresó con fecha de 26-I-1877 según ARB/15 (1), y en Archivo General de Palacio, Administración General, legajo 423, doc. (87) consta expediente sobre la compra de la Topographia de Madrid de Pedro Texeira, por 1000 pesetas, el 9 de enero de 1887 al marqués de Villanueva de Valdueza, don Pedro Álvarez de Toledo y Silva.

Pedro Texeira, lisboeta, fue discípulo de Joao Batista Lavanha, gran tracista, matemático y cartogeógrafo, profesor en la Academia de Matemática de Madrid fundada por Felipe II. De Lavanha se hallan dos documentos de 1603 de interés profesional en la correspondencia del conde de Gondomar. Son de cuando éste era corregidor de Valladolid en los años en que se trasladó la corte a la ciudad castellana, y aluden a la orden de Lerma de que haga el lusitano la planta de la ciudad [ms. II/2154, doc. 232, 237]. Por tanto, Texeira parte de una excelente formación.

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El trabajo más conocido de Texeira es el célebre plano de Madrid, culminado en 1656. Fue encargo de Felipe, el Rey Planeta, para quien más de veinte años antes, en 1634, había realizado un atlas manuscrito que ha permanecido inédito hasta época reciente: La descripción de España y de las costas y puertos de sus reinos (Madrid, 2002).

Las dimensiones murales del plano madrileño (más de 4’5x5’5 metros), su detalle topográfico –de hecho se llama Topographia…- en la fidelidad del trazado urbano y otros aspectos de su producción, hacen de él un empeño cartográfico de primer nivel. Se conservan menos de una decena de ejemplares aunque se estima que hubo de ser la tirada corta, para altos mandatarios de la Monarquía y de la villa y corte. Su rareza se avala por no existir en la Real Biblioteca hasta su ingreso en 1887 gracias a compra al marqués de Valdueza, debiéndose perder el ejemplar real de Felipe IV en el incendio del Alcázar en 1734. Los grandes mapas o planos murales eran habituales en el XVII, baste recordar el cuadro El Arte de la Pintura de Veermer, de una década después, con la personificación de la Historia en la musa Clío junto a una pared que luce un gran mapa mural de las Provincias Unidas, uniéndose en la alegoría pictórica Historia y Geografía.

El ejemplar de la Real Biblioteca, restaurado en 2003, tiene la singularidad de lucir una orla xilográfica. La escala de referencia es en varas castellanas pero tiene cuatro unidades de medida pues al ser la capital del Imperio hispánico podría interesar su escala a otras naciones que usaban otras unidades de medida. Las edificaciones tienen perspectiva caballera orientada al mediodía. Era tal alarde tipográfico para el Madrid de entonces, que hubo de imprimirse en Amberes a cargo de los editores Van Veerle, siendo el grabador Salomon Savery, holandés perteneciente a una saga de grabadores. Se cree empezó a ejecutarse hacia 1650 o algo después, pues aparecen edificios levantados en los años cuarenta. Es pieza capital de la planimetría histórica española.