[Atlas Náutico del Mundo / Joan Riczo Oliva].

1580. 1 atlas (1, 17 h. [17 cartas]: ms., perg., col.; escala en leguas, varias e indeterminada, desde la carta VIII están los continentes extraeuropeos con escala ca.1:12.000.000 y 1:15.000.000..); 43 cm.

Signatura: II/1271 (1) | Procedencia: Biblioteca de Cesare della Torre y posteriormente de la del conde de Gondomar.

El Atlas de Oliva ingresó en 1806 con el resto de la biblioteca gondomariense, aunque hacía décadas que se había hecho el trato de adquisición por la Corona, incluso parece que siendo aún Príncipe de Asturias el futuro Carlos IV, en los años ochenta del siglo XVIII, siendo entonces posesores de la misma los marqueses de Malpica. Finalmente sería pagada la rica librería por Fernando VII con cargo a su bolsillo secreto.

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Se ejecuta en Nápoles en 1580 por Joan Riczo Oliva, hijo de Domingo pues eran una saga de maestros cartógrafos baleares. Aparece la data al pie de una escena religiosa preliminar a las cartas naúticas, bajo una Crucifixión. Se compone de diecisiete cartas coloreadas que recogen el mar Egeo, el Mediterráneo oriental, occidental y central, un mapamundi elipsoidal, el Próximo Oriente y el mar Caspio, costas atlánticas de Europa y norte de África, costas atlánticas de América del Sur y Central, las del Pacífico de América Central, costas del sudeste asiático y el mar de China y Océano Índico.

Todo ello revela un conocimiento naútico globalizado similar en concepto a los atlas impresos ya existentes si bien centrado en las líneas de costa y su toponimia. En lengua catalana, se usa en el pergamino el oro en costa y plata para los ríos por lo que se cree no se concibió para uso marítimo sino para presentación a algún alto dignatario napolitano, al ejecutarse allí. Gondomar tuvo otro atlas portulano más notable aún, el de Vaz Dourado, hoy en la Casa de Alba, y que se lo regaló su amistad el conde consorte de Salinas y marqués de Alenquer, Diego de Silva y Mendoza (1564-1630), virrey de Portugal. Entre los virreyes de Nápoles anteriores a la posesión gondomariense estuvieron los condes de Lemos, VI, VII y VIII condes, nobles gallegos como él y a los que trató, y pudiera venir por ahí la procedencia del Riczo Oliva, aunque no consta.