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La Real Oficina de Farmacia - I

Origen de la Real Oficina de Farmacia

La Real Oficina de Farmacia tiene su origen en la botica que Felipe II crea en 1584 en el antiguo Alcázar de los Austrias. Tras el incendio de 1734 habrá que esperar hasta el año 1799, durante el reinado de Carlos IV, para ver una nueva oficina en el Palacio Real.

Tuvo diferentes ubicaciones hasta ocupar a partir de 1892 el pabellón donde se sitúa actualmente, en el cerramiento del ala sur de la plaza de la armería que fue diseñado por el arquitecto isabelino Narciso Pascual y Colomer (1808-1870) con la colaboración de Enrique María Repullés y Vargas (1845-1922). En este espacio se conservan todavía varias dependencias históricas, como la sala de aparatos y el botamen y el despacho del boticario mayor donde preparaba las fórmulas y realizaba sus investigaciones. 

La Librería

Este espacio cuenta con una magnífica librería realizada en 1891 por el ebanista Manuel Geuné según presupuesto presentado entonces al primer farmacéutico de cámara, José de Pontes (1838-1907). La librería está elaborada en madera de pino pintado de color caoba con adornos de talla dorada. Tiene dos cuerpos: el superior con 18 puertas acristaladas con molduras doradas. Una pilastra lisa con basa y capitel dorado entre cada dos puertas. La parte inferior está compuesta igualmente por 18 pequeñas alacenas con baldas, con dos puertas con cristales y molduras doradas. En la cornisa del mueble coincidiendo con la parte central de las puertas están rotuladas las letras del alfabeto de la A a la S (faltan las letras CH, K, LL y Ñ).

En el centro de la librería hay un espacio flanqueado por dos columnas de fuste circular con capiteles de hojas de aguas dorados, que contiene un reloj, que procede de la botica de Carlos IV, obra de Salvador López.

La colección bibliográfica

En sus anaqueles se conserva una colección bibliográfica altamente especializada considerada como una de las más importantes en su género, conformada a lo largo de los siglos para uso y apoyo de los boticarios mayores.

A lo largo de más de dos años se ha trabajado en su reorganización, análisis y catalogación de los ejemplares. Un total de 2045 ítems, más de 1426 nuevos títulos, cuyas descripciones se han incorporado a la base de datos IBIS de la Real Biblioteca. Se les ha asignado una nueva signatura que comienza con las iniciales "FR" (Farmacia) seguidas de un número currens y se han mantenido como antigua signatura las formadas por letras y números que respondían a armarios y estantes. En una segunda fase se procederá a la digitalización de los ejemplares de manera que también las obras puedan consultarse sin limitación alguna.

Entre sus fondos se conservan dos manuscritos, dos incunables, ciento cuarenta ejemplares de ediciones del siglo XVI, ciento seis ejemplares de ediciones del siglo XVII, casi quinientos ejemplares de ediciones del XVIII y aproximadamente doscientos setenta y cinco impresos antiguos del siglo XIX, entre monografías y publicaciones periódicas, en folio, cuarto y octavo principalmente. Están encuadernados en pergamino (FR-909, FR-931, FR-932), o conservan encuadernaciones escurialenses con filetes y superlibros de El Escorial (FR-907), en piel sobre tablas o sobre cartón de estilo plateresco  (FR-1394) y renacentista (FR-629, FR-632), o con escudo heráldico de Felipe II (FR-318). Hay también ejemplares encuadernados en tafilete color avellana (FR-310). Abunda la encuadernación en pasta (FR-322), en pasta granitada, en pasta tachonada (FR-1326) de árbol y marmoleada (FR-110), así como encuadernaciones comunes en holandesa realizadas en el siglo XIX (FR-313). No se ha localizado ninguna marca o etiqueta de encuadernador.

Historia de la colección: las marcas de procedencia

La mayor parte de los libros lleva pegado en el vuelto del plano anterior de la encuadernación una etiqueta en papel diseñada probablemente cuando se produjo el traslado definitivo de la botica al Palacio Real en 1892, de procedencias diversas.

En esa etiqueta se puede leer la siguiente indicación: "BIBLIOTECA Y ARCHIVO DE LA REAL OFICINA DE FARMACIA. ARMARIO LETRA Nº". Por lo general, la letra del Armario y el número están cumplimentados a mano y remiten a los armarios descritos más arriba y las letras que figuran en la parte superior de los mismos, mientras que el número remite al estante o balda. Algunos ejemplares que se conservan en la actualidad en la Real Biblioteca presentan esta etiqueta lo que indica que en momento no determinado fueron trasladados de la Real Oficina de Farmacia.

 

En ocasiones aparece pegada en el vuelto del plano anterior de la encuadernación sobre etiquetas heráldicas anteriores de la época de Fernando VII. En otros ejemplares además de la etiqueta aparecen uno o varios sellos en tinta negra con las iniciales S.D.S.Y.D.S. (FR-497) o incluso el sello: FCA. Propieté des trois (FR-313) solo o con el anterior, lo que indicaría que estos libros proceden de la biblioteca que el rey Fernando VII formó junto a su hermano y su tío durante su exilio en Valençay.

Además de estas antiguas etiquetas se aprecian antiguas signaturas escritas con grafito. Se identifican fácilmente porque comienzan con la inicial "F" o "Fª" que indica "Farmacia", seguida de la letra del armario y el número de balda en que estuviera colocado el libro.

Muchos otros ejemplares presentan exlibris de la Real Botica de El Escorial, fundada también en tiempos de Felipe II, que desapareció en 1837, momento en que estos libros pudieron ser trasladados a la Real Oficina de Farmacia. Por lo general, estos libros procedentes de El Escorial presentan además del superlibros de la biblioteca de El Escorial que representa la parrilla de San Lorenzo, estampado en los planos de la encuadernación, un exlibris manuscrito en la portada o en las páginas iniciales, que se expresa con distintas fórmulas: "De la Botica del Real Monasterio de Sn. Lorenzo el Real"(FR-928, FR-929), "De la librería desta Botica de Sn. Lorenzo el Real". Algunos de estos ejemplares procedentes de la Real Botica escurialense presentan marcas y signos de censura, lo que en algunos casos implica pérdida de texto (FR-919).

Vinculados a esta Real Botica de El Escorial se conservan varios ejemplares que pertenecieron a algunos boticarios de la Real Botica escurialense, entre las cuales cabe mencionar a Andrés de Villacastín, boticario, médico, protomédico y notario apostólico (FR-923-1, FR-1052, FR-1076) del que se han localizado 6 volúmenes (9 obras); a Antonio del Espinar, boticario mayor de su majestad del que se conservan 1 ejemplares (FR-1017); o Bartolomé Pérez Durán, espargírico de su majestad del que también se conserva un único ejemplar (FR-1269).

A pesar de la existencia en los diferentes Reales Sitios de boticas itinerantes para atender a la familia real no se conservan ejemplares procedentes de la botica de la Granja de San Ildefonso, que junto con la de El Escorial llegó a alcanzar gran importancia. Tan solo se conservan un par de ejemplares procedentes de la botica del Real Sitio de Aranjuez (FR-1413, FR-1133). Aunque existen algunos ejemplares que presentan el exlibris manuscrito "De la Botica del Rei" (FR-1341, FR-1342, FR-778) o "De la Botica Real" no es posible por el momento precisar más su origen.

Por último, mencionar el exdono que figura en varios volúmenes del Vocabulario Portuguez e Latino, en los que se lee la siguiente dedicatoria del autor Rafael Bluteau "A Mr. de Langlade primero médico de la Reina. Madrid" (FR-90 y FR-91). Como en los ejemplares anteiores, este exdono confiere valor al ejemplar. En primer lugar, por tratarse de un regalo que realiza el autor de la obra. En segundo lugar, por la relevancia del destinatario: Langlade fue médico de la casa real, responsable de la salud de la primera esposa de Felipe V, durante 1712 a 1716, tras lo cual se ofreció a la Real Academia para colaborar en el diccionario de la lengua con los nombres de las hierbas medicinales, lo que explicaría su interés por esta obra y el valor que tuvo para él este regalo.