Por Germán Masid Valiñas

El nombre de Luis Birkigt permaneció siempre a la sombra del de su padre, auténtico genio de la ingeniería del automóvil y de la aeronáutica. Nacido en 1903, hijo de Marc Birkigt ―ingeniero jefe y creador de la célebre fábrica de automóviles La Hispano-Suiza― y de Eugénie Bachelet, Luis Birkight siguió la carrera de su padre, al que acompañó en todos sus proyectos. En 1906 la familia se traslada a París con el propósito de ponerse al frente de una filial de la casa española, para regresar a Barcelona a comienzos de la Primera Guerra Mundial. La marca había sido fundada en Barcelona en 1904 por los empresarios Damián Mateu y Francisco Seix, junto al ingeniero suizo Marc Birkigt. La empresa tuvo un gran desarrollo durante las tres primeras décadas del siglo XX hasta que en 1946 fue vendida al INI (Instituto Nacional de Industria). El protagonismo que tuvieron los Birkigt en La Hispano-Suiza es de sobra conocido por algunas publicaciones recientes y por haber saltado a las páginas de prensa a través de ciertos reportajes realizados en los últimos veinte años.

Con mucha menor fama que su padre, Marc Birkigt, el nombre de Luis aparece como inventor en numerosas patentes. En 1941 y 1946 se localizan con su firma diversos documentos presentados en la Oficina de Patentes de Estados Unidos. Los dos van firmados en su residencia de Versoix, en Ginebra. En 1953 es en la agencia de México donde presenta otra invención cuyo titular es La Hispano-Suiza (Suisse) S. A. En 1968 volvemos a encontrar su firma en la oficina de Estados Unidos.

Para reflotar la empresa matriz de Barcelona, Marc y Luis Birkigt regresan de Ginebra, al finalizar la guerra civil, donde dirigían la nueva sociedad Hispano-Suisse (Suisse) S. A. Por entonces Luis Birkigt pasa a ejercer de consejero director de la casa barcelonesa, junto con otros dos nombres importantes en la sociedad, José Gallart (consejero delegado) y Quintana (secretario general), bajo la presidencia de Miguel Mateu Pla.

A pesar de sus estancias en París o en Suiza, padre e hijo viajaban con frecuencia a Barcelona. En 1929 los encontramos en el pabellón de Montjuich celebrando el XXV aniversario de la creación de La Hispano-Suiza. El 24 de octubre de 1962 Luis Birkigt aparecía en La Vanguardia en una relación de donantes a beneficio de los damnificados por las inundaciones de la comarca del Vallés. Cuando padre e hijo viajaban a Barcelona siempre se daba noticia de su visita a través de las páginas de La Vanguardia.

Los Birkigt (en Barcelona algunas veces se escribía este apellido como “Birkight”) continuaron manteniendo relaciones muy estrechas con la familia Mateu, acudiendo a cuantos acontecimientos sociales celebraban las dos familias. Cuando en 1945 el cónsul general de Suiza en Barcelona hace entrega a Marc del diploma de doctor “honoris causa” por la Escuela Técnica Federal de su país, asisten al acto Julia Quintana de Mateu y Luis Birkigt y señora. El 16 de octubre de 1957 Luis ocupa un lugar destacado en el Castillo de Peralada, firmando como testigo en la boda de Carmen Mateu, hija del presidente del Consejo de Administración, Miguel Mateu.

En 1950 adquiere Luis Birkigt en Versoix, cerca de Ginebra, el castillo de Penthes. El industrial lo vende en 1972 a la República y Cantón de Ginebra, y desde 1978 alberga el Museo y la Fundación para la Historia de los Suizos en el Mundo. Se sabe poco del Birkigt coleccionista, pero cabe suponer que esa mansión debió de albergar un conjunto artístico y bibliófilo de cierta importancia. De su colección de libros se conoce una pieza muy relevante: el manuscrito The John of Crete Gopels, que fue exhibida en 1994 en la Conference of European National Librarians de Oslo. Actualmente forma parte de The Schoyen Collection, una de las más importantes colecciones privadas de manuscritos formada en el siglo XX.

Parece claro que la inscripción de Luis Birkigt en la ABB obedece a la propuesta de Miguel Mateu Pla. Por entonces coincidieron en la ABB tres nombres que formaban parte del Consejo de Administración de La Hipano-Suiza en los primeros años cuarenta: Miguel Mateu, Luis Birkigt y José Gallart Folch.

Además de miembro de la Asociación de bibliófilos de Barcelona, Luis Birkigt fue suscriptor de la Sociedad de Bibliófilos Españoles. Algunas ediciones de la ABB, con su nombre, fueron puestas a la venta en los últimos años por una conocida librería anticuaria de Suiza. En la lista de socios de 1954 aparece su domicilio en el 31 de la Calle de Caspe.

Integrante del grupo de socios fundadores, su pertenencia a la asociación durante veintiséis años finalizó con su baja voluntaria el 10 de noviembre de 1970. Estuvo inscrito con el número 12, que pasó a ser propiedad de José María de Areilza y Martínez de Rodas, Conde de Motrico. Actualmente este número (12.3.) pertenece al socio Borja de Querol de Quadras.

Fuentes y bibliografía:

  • Referencias hemerográficas de La Vanguardia.
  • Puig Rovira, Francesc X.: “Els membres de l’Associació de Bibliòfils de Barcelona. Relació històrica”, Anuario de la Asociación de Bibliófilos de Barcelona. 2009-2010. Barcelona, 2011.